¿Qué hay en comun entre las recientes y dramáticas crecientes del río Bobonaza y la epidemia del Covid-19?
Ambas – las crecientes y las epidemias, son el resultado de la deforestación y de la sobre-explotación de los animales -hospederos de viruses y otros agentes patogénicos. Son el resultado de una relación extractivista de las ciudades con las selvas.
Si algo aprendí durante los últimos 35 años que dedique a promover el valor las medicinas tradicionales en la Amazonía y la importancia de su recuperación y fortalecimiento, es la necesidad de abordar el tema de la salud indígena desde la perspectiva de la relación entre Cultura y Naturaleza;
Es en la intersección de estas tres dimensiones que debemos buscar las soluciones. [Es probable que esta estrategia sea tambén aplicable para nuestra civilización en general…]
Parte del problema de salud actual de los pueblos indígenas está relacionado con el deterioro o la pérdida de esta relación entre la cultura y la naturaleza que, a su vez, resulta de la desactivación de sus sistemas culturales propios.
Durante los 20 años que pase en la Amazonía peruana aprendí que muchas enfermedades vienen de los animales o peces que consumimos, y también de ciertas plantas. Este concepto se conoce como cutipado -aunque cada cultura tiene su palabra propia para expresarlo. El cutipado resulta por infrigir alguna norma que prohibe el consumo de animales y/o la extración de ciertas plantas en circunstancias o tiempos determinados. Se ha interpretado como una «venganza» del animal o de la planta que manda un «aire» que puede enfermar o matar. Pero, si aceptamos que la naturaleza tienen derechos, entonces tenemos que entender que los animales y las plantas tienen derecho a su espacio y su vida propia. Por eso, la cultura enseñaba que solo se debe matar lo necesario y negociar con los «dueños» de los recursos para mantener buenas relaciones con ellos, para que así la sociedad y la naturaleza puedan reproducir y vivir juntos de manera armoniosa y equilibrada.
Al percibir su habitat reducido o destruido por la deforestación, los animales experimentan niveles de estrés -lo que presiona sus sistema inmunologico, y buscan otros espacios donde refugiarse -como los techos de nuestras casas en la Amazonía….donde puede hacer que un virus latente se haga manifiesto y más contagioso…
Pero, no es solo el hecho de comer murciélagos o pangolines la causa de epidemias, sino el modo en que nuestra civilización, que se alimenta del crecimiento sin fin de las ciudades sobre las selvas, los árboles y sus habitantes dejó de escuchar la «rebelión de los animales, de las plantas, de la Naturaleza…».