Presentación en línea realizada el martes 2 de junio para la Sociedad Ecuatoriana de Etnobiología y la Sociedad Latinoamericana de Etnobiología (SOLAE) por Didier Lacaze

1. Introducción

Muy buenas tardes a todos. Mi nombre es didier lacaze. Mi formación no es académica. Se basa más bien en una experiencia de vida de cerca de 40 años, en contacto directo con los bosques tropicales y diversas culturas indígenas en la Amazonía [peruana y ecuatoriana].

Pese a no haber seguido estudios universitarios, mucho de lo que aprendí durante estas 4 décadas lo debo a muchas personas, tanto estudiosos de las ciencias biológicos, sociales y de la salud, como miembros de distintos pueblos y culturas indígenas que compartieron conmigo sus conocimientos y enseñanzas.

Mi interés por la relación entre la salud y la naturaleza fue alimentado a partir de 1983, cuando fui administrador de una reserva ecológica, ubicada en el Río Tambopata, en la selva sureste de la amazonia peruana.

Luego, en 1985, cuando fui designado por la Federación de Comunidades Nativas del Río Madre de Dios FENAMAD como coordinador de un proyecto de Aplicación de Medicina TRAdicional, llamado AMETRA 2001.

Como parte de este trabajo, en 1996, junto con el etnobotánico Miguel Alexiades y la FENAMAD, publicamos: «Salud para todos» (Plantas medicinales de la cuenca del río Madre de Dios), y en 1996: «FENAMAD»

El título de mi presentación «La Rebelión de los Animales, las Plantas… La Naturaleza», se inspira de un artículo publicado por el antropólogo brasileiro, Els Lagrou, que termina diciendo: «No es solo el hecho de comer murciélagos o pangolines la causa de epidemias, sino el modo en que nuestra civilización, que se alimenta del crecimiento sin fin de las ciudades sobre las selvas, los árboles y sus habitantes dejó de escuchar la «rebelión de los animales, de las plantas, de la Naturaleza…»

 

 

 

 

 

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2. Relaciones entre culturas indígenas y la naturaleza

Bueno entonces, 

vamos entrando en este tema de las relaciones entre nuestra sociedad humana y 

esta otra sociedad no-humana, la que desde las culturas tradicionales amazónicas, forma parte de lo que nosotros llamamos la «naturaleza», que para aquellas otras culturas se comparte con otras fuerzas y poderes.

Para entender esto mejor, tenemos que interesarnos en los mitos pan-amazónicos que tratan sobre los origenes y la creación del mundo. Estas historias de los antepasados dicen que en tiempos anteriores a esta humanidad, los humanos y no-humanos hablaban un idioma común, que comunicaban entre sí.

Que, a raíz de muchos desordenes en ese mundo/tiempo de antes, el Creador decidió poner fin a éste, haciendo llegar grandes inundaciones – o grandes incendios [segun las culturas], que puso fin a esta humanidad anterior. Así es como aquella otra forma de comunicación entre humanos y no-humanos fue perdiéndose, aunque la memoria de aquellos «tiempos de antes» no se perdió por completo.

Los mitos continúan relatando: «El Creador envió nuevas gentes para volver a poblar el mundo; así es como llegaron nuestros ancestros«.

Humanos y no-humanos, todos seguían relacionados, desde la memoria de aquellos «tiempos de antes. «Los animales de caza eran nuestros paisanos, y las plantas transmitían conocimientos…», mientras seres invisibles cuidaban celosamente los recursos.

A esta nueva humanidad el Creador le transmitió enseñanzas, a través formas no visibles, que en castellano llaman espíritus, acerca de cómo la gente debía vivir los unos con los otros, para que que todo vaya bien en el mundo.

Para hacerles recordar estas enseñanzas, el creador dispuso a que seres invisibles protejan los recursos. Para extraer estos recursos, sean animales o plantas, para poder vivir y reproducirse, se debía cumplir con ciertas reglas, como pedir permiso a estos seres invibles, entre otras reglas.

En otras palabras, se trataba de respetar a los dueños de los recursos, de no depredar o sobre-explotar la naturaleza para evitar la «retaliación» de los seres protectores, haciendo que vengan enfermedades, escasez de recursos u otras calamidades.

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3. Lo que nos dice GAIA con el COVID-19

Desde que se declaró esta epidemia del corona virus, hemos escuchado muchas opiniones y teorías sobre los posibles origenes del COVID-19. Entre otras, hemos ha hablado de la venganza de la naturaleza, de un castigo divino, que la culpa es del diablo, de los políticos… hasta que estamos en guerra contra un enimigo invisible -el corona virus, que nuestros trabajadores de salud están en el frente de la batalla, etc…pocos se atrevieron a preguntar si acaso no estamos en guerra contra nosotros mismos… ¿

Buenos, estoy haciendo una caracterización quizá un poco simplista de fenómenos mucho más complejos. Sin embargo, creo que nos puede ayudar a entender esto mejor si nos conectamos con un pensamiento más occidental y científico, a través de la hipótesis GAIA, formulada por James Lovelock y co-desarrollada por Lynn Margulis en los años 1970.

También conocida como la teoría de Gaia o el principio de Gaia, ésta propone que

«los organismos vivos interactúan con su entorno inorgánico en la Tierra para formar un sistema complejo sinérgico y auto-regulado que ayuda a mantener y perpetuar las condiciones para la vida en el planeta» (James Lovelock)

Como vemos, segun esta teoría, GAIA se comportaría como un sistema auto-regulado, que tiende al equilibrio.

Entonces, si aplicamos la teoría GAIA a lo antes dicho, tendríamos que reconsiderar varias de las palabras que pronunciamos antes, comenzando por la que usamos para el título de esta charla: la «rebelión».

Es decir : «ante las acciones depredatorias de nuestra civilización, o mejor dicho de nuestro sistema productivo económico, para extraer de manera irresponsables los recursos naturales que se cree necesitamos para vivir bien y ser felices, Gaia se mueve, Gaia respira, reacciona, se auto- defiende, se auto-regula.»

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4. Interculturalidad

Ahora, tenemos frente a nosotros dos maneras distintas de ver y entender el mundo en el que vivimos.

Creo que así podemos ver y entender que finalmente éstas son construcciones que pertenecen a diferentes culturas y que no necesariamente tienen porque ser antagónicas. Son versiones de la realidad que cada cultura construye desde y con el mundo en el que vive.

Al igual que muchas otras personas, estoy convencido que los conocimientos y prácticas tradicionales que aun perviven hoy en la Amazonía constituyen aportes invalorables para nosotros, si es que estamos dispuestos a escuchar y aprender.

Preservar el diálogo con los no humanos es fundamental, porque sólo a través del diálogo podemos evitar los desastres que resultan del olvido de que compartimos este mundo con otras potencias.

No se puede evitar de lamentar también cuánto hemos perdido, la humanidad, al permitir que estos conocimientos y prácticas se abandonen, se pierdan o se distorsionen, creyendo hacer bien cuando llevamos el desarrollo, cual sea su forma, a los pueblos indígenas.

No creo se trata de que nosotros los occidentales adoptemos las creencias y prácticas de los pueblos indígenas, pero quizá ellos nos pueden enseñar algo que nos sirva, y tampoco debemos pensar o creer que ellos deben dejar las suyas.

Lo que es cierto, es que todavía nos falta mucho para abrir caminos y construir puentes entre las diversas culturas, que permitan un verdadero dialogo, en que el uno y el otro se nutren y se enriquecen mutuamente. Esta es la verdadera interculturalidad.

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6. Para concluir

Quiero seguir creyendo que esta pandemia, a pesar del sufrimiento, el dolor y las dificultades que muchos han vivido y siguen viviendo, particularmente ahora en la Amazonía, nos da una gran oportunidad para volver a considerar seriamente la posibilidad un mundo «otro», más incluyente, verdaderamente intercultural.

Termino recordando las palabras de nuestro Presidente de la República, Lenin Moreno, en su discurso del 24 de mayo, cuando dijo: «….a mi no me interesa que me recuerden..«.

Entonces, yo, hoy, a usted Señor presidente, le digo:

«Por favor, haga algo para preservar los bosques tropicales y para proteger a los pueblos indígenas de la Amazonía ecuatoriana. Pues, si no hace algo ahora, siempre le recordarán como el que no hizo lo que pudo y debió hacer entonces».

🙏

Muchas gracias